Ansiedad infantil y adolescente: cómo detectarla y gestionarla

Ansiedad infantil

Hoy hablamos sobre la ansiedad infantil y adolescente, cómo detectarla y aprender a gestionarla

El objetivo de todo padre y de toda madre, es el bienestar de sus hijos e hijas. Y para ello, a veces es necesario contar con el apoyo de psicólogos que ayuden a los más pequeños de la casa, o a los adolescentes, a gestionar ciertas emociones.

A veces, pueden atravesar situaciones o etapas que les generan ansiedad. Por ejemplo, en el caso de un adolescente, la época de exámenes finales, o si le surge algún problema o situación incómoda con sus compañeros de clase o con su círculo de amigos. En niños y niñas más pequeños, puede ser algún problema en casa o en el colegio, como la separación de sus padres, entre otros. Por lo tanto, es importante entender de dónde viene esa ansiedad, qué situaciones la generan, y cómo afrontarla

El objetivo es aportarle las herramientas que necesita para que pueda gestionar su ansiedad de la mejor forma posible. Porque siempre va a haber situaciones en la vida que puedan generarla. Sin embargo, hay una gran diferencia entre reconocerla y aprender a afrontarla, o por el contrario, no saber gestionarla y no saber cómo avanzar.

Pero lo primero es reconocer la ansiedad. Para ello, puedes contar con nuestro equipo de profesionales, en UAD contamos con un área de evaluación psicológica infanto-juvenil.

Área de psicología

¿Qué es la ansiedad y cómo afecta a los niños?

Cuando estamos atravesando una situación que nos genera estrés, podemos sentir miedo, preocupación o incertidumbre ante algo frente a lo que no sabemos cómo actuar, y el cuerpo puede reaccionar generando ansiedad. Y lo que sucede es que esa preocupación, ese miedo o esa incertidumbre, la vivimos de una forma muy intensa. Esto además provoca que no queramos enfrentar ese tipo de situaciones, que queramos evitar las actividades que nos provocan dicho estrés. Y a pesar de que la ansiedad es una reacción natural del cuerpo que nos pone en alerta ante el peligro, un nivel muy alto de ansiedad nos puede bloquear y afectar a nuestro bienestar y calidad de vida. Aquí, es cuando es el momento de pedir ayuda para aprender a manejarla.

La ansiedad se manifiesta de varias formas. Hay quienes sienten dolor corporal, por ejemplo la sensación de tener un nudo en el estómago o en la garganta. Puede aparecer falta de apetito o por el contrario, ganas de comer de manera compulsiva. Y otras personas desarrollan un tic nervioso, tienen insomnio o pesadillas… Es posible también que la persona con ansiedad esté más irritable, tenga dificultades para concentrarse en clase y su rendimiento académico empeore, que aparezcan nuevos miedos como a la oscuridad en los más pequeños, que no quieran ir al colegio o instituto, que tenga más episodios de llanto o enfados…Cada persona es un mundo, y no en todas se presenta de la misma manera.

Lo más adecuado si crees que tu hijo o hija puede tener ansiedad excesiva, es consultar a un psicólogo que pueda identificarla y ayudar a tratarla. Si se confirma un trastorno de ansiedad, podrá darle herramientas que le ayuden a gestionarla, y con ello, mejorar su estado de ánimo y gracias a ello, mejoren sus síntomas.

Diferencias entre ansiedad normal y trastorno de ansiedad

Como te adelantábamos unas líneas más arriba, es normal que haya situaciones que nos generen cierta ansiedad. Y está bien, es normal. El cuerpo, o mejor dicho la amígdala, que se encarga de procesar ciertas emociones como el miedo o la ansiedad, detecta amenazas y activa respuestas a modo de supervivencia. Estas respuestas son los síntomas que manifiesta el cuerpo, los que antes hemos comentado también.

Vamos a ver cómo trabaja la amígdala. Primero, percibe el estímulo en forma de imagen o sonido, y si lo interpreta como una amenaza (a veces lo puede ser, pero otras no es una amenaza real), envía señales al hipotálamo y activa el sistema nervioso simpático. A continuación, se producen picos de adrenalina y cortisol, y se provoca un aumento en la tensión muscular y en la frecuencia cardiaca.

Pero, ¿Ante qué situaciones es normal que los niños y niñas, o adolescentes, puedan sentir ansiedad? Antes de realizar un examen, los primeros días cuando se empieza el colegio por primera vez, antes de exponer en clase o los momentos previos a una función, un partido deportivo o actuación de teatro, etc. Los nervios y el estrés ante estas situaciones son normales, y desaparecen una vez que la situación ha pasado.

En cambio, si la ansiedad se vuelve habitual ante situaciones del día a día como ir al colegio o bañarse, si tu hijo o hija te transmite pensamientos negativos de forma habitual y se angustia con facilidad, o si notas que su rendimiento en el colegio o en el instituto ha disminuido y le notas cambios de actitud y una baja autoestima, tendrás que hacer caso a estas señales y contactar con psicólogos que te ayuden a valorar su caso y diseñen una terapia para la ansiedad en niños y adolescentes, que les ayude a gestionar su ansiedad.

Estrategias para que los padres ayuden a sus hijos

Ante la ansiedad, a pesar de que cada caso es único y lo debe valorar uno de nuestros psicólogos para diseñar las herramientas adecuadas, puedes poner en práctica algunas estrategias para ayudar a tus peques o adolescentes a gestionarla.

 

Escúchale sin juzgar

Si notas que tu hijo o hija puede tener ansiedad, escucha sus miedos o preocupaciones sin quitarles importancia, sino con el objetivo de empatizar y lograr que se sientan comprendidos o comprendidas.

 

Practicar juntos técnicas de relajación y respiración.

Meditar es una de las mejores formas de combatir la ansiedad, y junto con ello, técnicas de respiración profunda. Como explica la neurocientífica Nazareth Castellanos, hay una fuerte conexión entre la respiración y la ansiedad. Y es que, la respiración nos ayuda a regular la actividad cerebral y disminuir la ansiedad. Respirar lento y profundo no solo oxigena mejor el cuerpo, sino que también calma la mente.

 

Establecer rutinas

Sobre todo, en el caso de los niños y niñas más pequeños, es importante crear rutinas estables. Los horarios previsibles les ayudan a sentirse más seguros, porque saben lo que va a pasar en cada momento del día, y con ello, reducen la incertidumbre.

 

Aprender a gestionar tu propia ansiedad

Como adultos, como sus referentes, tenemos que ser capaces de aprender a gestionar nuestra ansiedad y nuestro estrés, para poder enseñárselo a nuestros hijos e hijas. No es fácil, pero contar con la ayuda de nuestros psicólogos te dará las herramientas para hacer de soporte a tus peques y ayudarles a transitar sus emociones desde un lugar seguro.

 

Rutinas saludables

Puede parecer obvio, pero hay que recordad y sobre todo ser conscientes de que, los niños y niñas y los adolescentes necesitan una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico. De hecho todas las personas, necesitamos esto. Pero es muy importante afianzar una vida sana desde pequeños, porque el bienestar físico influye en la salud mental. En el caso de la actividad física, cuando realizamos un deporte que nos gusta liberamos endorfinas que nos ayudan a disminuir el estrés y la ansiedad.

 

Tiempo de juego y tiempo libre

El juego es una necesidad para los más pequeños, y a veces el día a día no permite el tiempo suficiente para ello. A veces, hay demasiadas responsabilidades o actividades muy estructuradas que no dan pie al tiempo libre. Por eso es clave introducir dentro de las rutinas diarias tiempo para el juego y para el descanso.

Terapias efectivas para tratar la ansiedad

El tratamiento de la ansiedad infantil y adolescente es único para cada persona. No hay una terapia concreta que sea eficaz para todos los casos, así que es esencial que el paciente sea evaluado por un psicólogo especializado.

Si has notado alguno de los síntomas que hemos comentado, u otros que te hacen sospechar que tu hijo o hija tiene ansiedad, pide cita en UAD Aragón.

El tratamiento temprano puede prevenir que la ansiedad interfiera en el desarrollo emocional y social del niño o niña, o adolescente. Evaluaremos su caso para ofreceros el apoyo necesario para que pueda gestionar sus miedos y preocupaciones.